dissabte, 1 de febrer del 2014

No se trata de qué haces sino de como lo haces.

Es curioso cómo nos pasa la vida por delante y nosotros ni nos damos cuenta. De cuando éramos niños y no nos preocupaba nada a ahora, que todos los pasos que des determinan tu futuro. Pero, ¿y si pudiéramos olvidarnos por un momento de todo lo que nos rodea y hacer algo que siempre hemos deseado hacer? Tú, ¿qué harías?
Yo, sin duda, me iría de viaje a algún sitio y conocería culturas nuevas, lugares nuevos y gente nueva. ¿Por qué me gusta tanto lo nuevo? No lo sé, supongo que porque me aburro demasiado rápido de lo que tengo ya muy visto.
Y creo que cometo un grave error al hacer eso. Porque la verdad, muchísimas de las cosas que normalmente hago las echaría de menos si no las tuviera. Hasta ir a la universidad echaría de menos, fíjate tu. ¿No os pasa, cuando soys pequeños, que cuando llega el verano estáis super emocionados porque estaréis sin colegio ni obligaciones, pero al final os acabáis cansando? A mi siempre me pasaba, cuando habían pasado dos mesecitos de vacaciones ya quería volver al cole, sea por juntarme con todos mis amigos, por esos patios de juegos interminables, o hasta por las clases a veces, sobretodo cuando eran clases de música.
Y esque cada vez me doy más cuenta, que no nos tenemos que lamentar toda la vida por algo o alguien que se ha ido, por una sensación que vivimos y no la volveremos a sentir, porque siempre la ilusión vuelve, y tenemos que dejarla volver, no temerla, porque al fin y al cabo es ella la que nos ayuda a cuando nos caemos, levantarnos, y a cuando tenemos un sueño, ir a por él.
Aunque tampoco es tan dramático vivir sin sueños, pensándolo bien. Siempre he oído a la gente, tienes que tener un objetivo, tienes que saber lo que quieres, pero, ¿y si no lo sé?
¿Acaso hay algo malo en vivir el día a día? Si no te gusta algo, lo dejas. Si quieres empezar algo, lo empiezas, y ya veremos cómo termina. ¿Me tengo que frustrar por todos esos proyectos que empecé ilusionada y no acabé? Si no los acabé, por alguna razón fue. Puede que perdiera la ilusión en eso, y la ganara en otra cosa.
Pero, volviendo al tema inicial, no se trata de qué hacemos, qué queremos hacer, ni qué objetivos nos queremos marcar, se trata de hacer las cosas de la mejor manera posible.
De disfrutar cada instante, porque nunca se repetirá lo mismo, aunque nos esforcemos a recrearlo. A disfrutar de cada sonrisa de la gente, y a dar sonrisas a la gente. Porque a veces, una sonrisa puede alegrar un día gris. Se trata de hacer cada cosa con cariño, de tomarte esa taza de café caliente por la mañana cómo si fuera la última taza que te tomaras, de abrazar a los que quieres como si fuera la última vez que lo hicieras, de escribir, de pasear, de hacer deporte, de hacer el tonto, de vivir. Se trata de hacer todo lo que quieras, cuando quieras (en la medida de lo posible, evidentemente). Pero sobretodo, de no frustrarte si no consigues algo, porque quien la sigue la consigue. Y si no sigues más, otra cosa buena estará por caer, nunca se acaba el mundo, lo único que no tiene remedio en la vida es tu propia muerte. 

No se trata de QUÉ haces, sino de COMO lo haces.

PD: Espero que tengáis un buen día, lleno de locuras, sonrisas y mucho cariño.